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¿Grande? Dijo mi querida Reina Azul. No sé que es grande, ni pequeño.
Vosotros que veis las cosas así no me dais envidia, pero os admiro. Dijo también.
Para mi todo es, de la roca a la montaña, del hilo a la prenda.
Vuestros términos no existen, para vosotros que veis venir el frío unas pocas veces.
Que camináis de agujero en agujero apelotonándoos como hormigas.
Y lloráis y sufrís y os calláis y os evadís.
No se turbó mi querida Reina Azul, que para ella era.
Vosotros que veis el tiempo, vosotros que sabéis fin, que estiráis las telas del destino y la memoria.

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