Ellos nunca lo hicieron.
Ella nunca lo hizo.
Tampoco me lo merezco.
Siento los segundos caer en mi espalda y golpearme, más bien rematarme.
Me apoyé sobre la mesa y hundí la cabeza en mis brazos cruzados.
El vecino escuchaba la radio, sonaba aquel éxito de los 90.
En mis brazos sólo había oscuridad, "bonita metáfora" pensé.
Quien fuera poeta para ver belleza en la tristeza.
Cuando el tiempo tiene un final es como si no hubiese existido.
Volví a mirar las pastillas.
Quizás nunca debí haberme tomado este tiempo.
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