La sombra a la luz del flexo.

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Comida podrida y un cuadro de mariposas muertas,
frente a una mente esbelta pensante,
que da vueltas a la idea de como darle la vuelta,
del orden en la entropía.
De cómo él sufrió por la existencia.
De cómo siendo números podemos estar perdidos.
Él sabe que nadie abrirá la puerta y lo ignora,
él sabe que lo ignora y prefiere darle vueltas.
Comida podrida y un cuadro de mariposas muertas.
Suda y comprende que sólo así se vive,
que no hay sueño, sombra ni verso,
Que por vivir, no hay límites,
y que en los límites no hay vida.
Pero aun así, contenta, la mente sigue dando vueltas.
Comida podrida y un cuadro de mariposas muertas.

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